Aquel día en el Hospital de la Plana, en Vila-Real, con mi compañera Laura Suñer, estuvo muy divertido. La Doctora Vacuna (el nombre de su payasa) es un encanto, funciona muy bien con la gente, tiene un sí para todo y es muy muy tonta. Trabaja en un estado de fragilidad que entra muy bien a quien la recibe. Ese día visitamos a una niña, Lidia de 12 años con debut diabético. Nos habían contado las enfermeras que su padre estaba muy preocupado. Nosotras entramos a contar chistes muuuuuuuyyyyy malos y funciono genial. Su padre por momentos se iba de paseo a otro mundo, pero se lo decíamos a la cara y volvía a conectar, hasta el punto que terminó buscando un chiste en internet para contárnoslo a nosotras. Todas partiéndonos de risa y transformando la energía. Al acabar, las enfermeras nos comentaron que antes de nuestra visita iban a ponerle insulina y que después de nuestra visita, el azúcar estaba equilibrado y no hizo falta pincharla. ¡¡¡¡Uffff!!!! ¡Qué alegría dan también estos datos matemáticos concretos!
Jimena Cavalletti (Doña Urgencia)