Vemos a Séfora, de 12 años. Tiene un síndrome raro parecido al Down. Está en la Unidad de Escolares Quirúrgicos del Hospital La Fe. Lleva un halo en la cabeza, ese dispositivo ortopédico que se utiliza para inmovilizar la cervical y mantener el cuello en su sitio. Su aspecto es bastante impactante, pero ella es toda salero y amor. Nos dice Fina, la enfermera encargada de darnos la información, que no para de decir lo mucho que le gustamos y que está súper pendiente del día que vamos.
Ese día el Doctòs Cápsulo (Jaume Costa) y yo, entramos a su habitación y está comiendo. Ella toma solo triturado. La madre nos pide que volvamos cuando haya terminado porque se puede atragantar de la risa… Pero a Séfora eso no le viene nada bien porque piensa que igual ya no volvemos. Entonces manda a su madre en nuestra búsqueda por el pasillo: “Ya ha terminado, podéis pasar que está esperándoos…” y allí está ella con una sonrisa inmensa, dispuesta a ver cualquier cosa que hagamos.
Le explico a Séfora que Càpsulo está aprendiendo a bailar y que voy a cantar una canción preciosa para que él baile… sin darse ningún golpe. Toco y canto “Instrucciones para bailar un Vals” de El Kanka:
«Debes aprender primero a mover un pie / y después el otro para no desentonar / pensar demasiado no hace falta / hay que dejarse llevar / y acordarse siempre de ir siguiendo el compás…»
Como veis, es idónea para un torpe bailarín como Càpsulo. ¡Encima cada dos por tres se le cae el pantalón y se le ven los calzones de corazones! Séfora no puede disfrutar más. Se ríe, se encana, suspira, comenta… Cuando se encana le preguntamos a la madre si vamos bien y nos dice que sí, pero, bajamos un poco el nivel porque tiene mucho peligro… Nos cuesta mucho irnos. Ella pide más. ¡Ufff… divina!
Mariló Tamarit (Doctora Zirujuana)