Diario de un clown de hospital

¡Y se montó el tablao!

Trabajando en el Hospital General de Alicante con Pilidora Comprimida nos encontramos en neurología a Javi de 13 años, ingresado por crisis epilépticas. Cuando lo vemos por el pasillo parece tranquilo, es un chicarrón bien grandote casi con bigote y con una voz ronca y grave.

Bromeamos de lejos con él, nuestras payasas caen rendidas a sus pies y le preguntamos si tiene novia. El nos sonríe y parece que entra en nuestro juego, pero conforme nos acercamos a él se pone a chillar espantadísimo con ese pedazo vozarrón y se mete corriendo en su habitación. Nosotras no entendemos nada. De repente aquel chico grandote parece un niño pequeño asustado.

Dejamos pasar un tiempo y nos acercamos a su habitación: Javi está tumbado en la cama y su madre amorosa tumbada a su lado lo rodea con sus brazos, bueno, intenta abarcar ese metro ochenta de hijo que tiene. Cuando nos ve, nos sonríe, pero de repente como asustado se pone a chillar otra vez. Su madre intenta calmarlo, le acaricia la cabeza y se ríe, como quitando importancia a la reacción de su hijo. Nosotras guitarra en mano comenzamos a cantar una suave canción y hacer pompitas de jabón. Su actitud vuelve a cambiar de forma radical comienza a jugar con las pompas y a sonreír. Hablamos con él, se ríe con nuestras bromas y todo funciona bien. Javi nos muestra su niño pequeño feliz!

A la semana siguiente el Enfermero Teo Mómetro y yo nos encontramos de nuevo con Javi, esta vez no chilla cuando nos ve, está jugando por el pasillo sentado en una silla de ruedas y es él el que se acerca a nosotros. Nos pide que le toquemos la guitarra. Teomómetro se arranca por “soleá” y Paquita Tirita a bailar la mar de farruquita. Javi acompaña con las palmas y las enfermeras se acercan a ver qué pasa y también acaban dando palmas y entre risas y fandangos se monta el tablao.

Susana Giner (Paquita Tirita)

Paquita Tiritas cantando y tocando la guitarra