Diario de un clown de hospital

Te presento mis muñecos

Pilar, con tan sólo tres añitos, está diagnosticada de leucemia. Lleva bastantes días en una habitación aislada por su segundo trasplante de médula, ya que el primero no salió nada bien. El proceso por el que ya ha pasado se repite de nuevo.

Cuando vamos por la mañana a darle los buenos días el recibimiento suele ser variado. Depende de la fuerza del tratamiento que recibe, ella tiene un humor u otro. Hay días en los que se tapa los ojos como si no quisiera vernos porque es evidente que no le apetece ver a nadie. Si eso sucede, jugamos a escondernos detrás de nuestras manos, batas, sábanas, etc. Entonces Pilar se interesa por nosotros y nos mira de refilón. Y en su pequeño rostro se atisba cierta alegría por nuestra presencia, o al menos le surge la curiosidad por ver qué hacemos.

Mientras, su padre o su madre, nos van narrando cómo le va y en qué situación se encuentra: “¿Has visto como está hoy? Nada que ver con el otro día.”, “Hoy está enfadada porqué su mamá se ha ido”, “Hoy le hace mucho daño la boca”, etc. Visita tras visita se establecen vínculos que van más allá del payaso. Manifiestan y comparten sus penas y alegrías con nosotros. Siento que les resultamos de gran apoyo durante sus largas estancias hospitalarias.

Después de darles los buenos días y estar un rato con ambos, nos despedimos y quedamos para después de comer. En la actuación de la tarde intentamos seguir el hilo de lo que habíamos hecho por la mañana. Como hoy nos había presentado un muñeco suyo, por la tarde le hemos presentado los nuestros: el ratón de biblioteca Leo, el pez Mandarino y algunos más. Los muñecos hacían acrobacias, apretaban la cara contra el cristal y también se daban golpes en él, se zarandeaban entre ellos o cantaban una canción. Ha sido muy cómico. La niña se ha reído y ha pasado unos momentos muy divertidos. ¡Al igual que su padre! Misión cumplida.

Ventura Cano (Profesor Microscopio)

Profesor Microscopio con cara de sorpresa y lupa