En la unidad de lactantes aislados del Hospital Clínico de Valencia, desde el pasillo veo en una habitación una mujer africana con su bebé de año y medio en los brazos. Le pregunto a mi compañero, el Profesor Microscopio (Ventura Cano), si conoce la canción de «Aketumbele». Mientras él resuelve unos asuntos de coordinación, y en vista de que la mujer y el bebé nos miran atentamente, decido comenzar a cantar desde fuera de la puerta. Pero cuando me dispongo a tocar «me sale» una canción diferente: «Malaika». Al segundo acorde, la madre comienza a cantar con una voz rasgada y emocionante. En ese momento, paro de cantar por lo impactante de su voz y porque me doy cuenta de que no me sé la letra original. No obstante, la acompaño con mi guitarra y haciendo coros. En ese momento siento que detrás de mí se está formando un corro de enfermeras. La madre canta hacia la puerta y también a su hijo, que escucha sin mucha expresión en la cara y con un tono de piel amarillento. La señora continua la canción hasta el final, emocionándose y emocionándonos a todos. Acaba la canción y ante el asombro de todas, el niño comienza a aplaudir con una sonrisa en la boca. La emoción me embarga con escalofríos. Sí, estoy muy emocionado. El hecho de que sea el día de mi cumpleaños quizás dé a este «regalo» una connotación especial. Miro a mi compañero con chispas en los ojos. Necesito respirar: integrar el pequeño «milagrito» que acabo de vivir. Un sentimiento de amor y agradecimiento me invade. Después nos enteramos que la madre es una conocida cantante de Senegal.
Luka Soriano (Enfermero Baldomero)