Aquest ha estat un dia especialment emocionant. Quan jo i Teo Mómetro (Panchi Coves) hem anat a la UCI allí ens esperaven amb unes orquídies que una mare agraïda havia dut per a cadascuna de les persones del personal sanitari que havia estat amb la seua filleta. Ser tractats com uns més del personal sanitari per a nosaltres ja és tenir-nos es molt alta estima. Una mare agraïda amb el personal es una cosa magnífica.
Les orquídies venien acompanyades d’aquesta carta:
En la puerta de la UCI hay un cartel de Payasospital, lo estuve mirando con Luca y le dije: «El lunes pasan por la UCI pediátrica». Ayer fue Lunes.
Durante estos días no he podido mimar a Lola, porque la situación era delicada, y ayer por la mañana le quitaron unos cuantos cables, tubos y sondas, y la enfermera me dijo: «Prueba a tranquilizarla». Yo, contentísima, me pongo a su lado y me comienzo a acariciarle la carita, poco a poco la niña comienza a relajarse y se duerme… finalmente siento la satisfacción de un trabajo bien hecho. Miro a la puerta y veo allí dos payasos, y pienso: «Ahora estos con la guitarra me despiertan al bebé». Pasan la Doctora Pili Dora y el Enfermero Teo Mómetro, gastan cuatro bromas y me sacan la sonrisa. Dicen: «Mamá, tú también nos necesitas», y yo pienso: «¡Uf, no estoy para payasos…!».
Se ponen a tocar la guitarra, muy bajito, y me dicen: «Lola duerme, pero en sus sueños soñará las notas» y empiezan a cantar «Un barquito de cáscara de nuez». Intento mantener la compostura, pero en cuestión de cinco segundos me derrumbo y empiezo a llorar como si no hubiera mañana, la cabeza entre las manos, sollozos, mocos, pitos, de todo… un llanto desesperado, pero que me supo a gloria. Aquella canción me daba palmaditas en la espalda y me decía: «Tranquila, mamá, ya ha pasado, puedes bajar la guardia y dejarte llevar…» Mi sorpresa fue cuando levante la mirada, Lolailo dormía serana pero la enfermera lloraba, ¡pañuelo en mano! Después de tantos años en aquel puesto de trabajo, donde habrá visto de todo, aún tenía la capacidad de emocionarse y ponerse en nuestro lugar. Viendo el panorama los payasos dijeron: «¡Vámonos, que lo estamos haciendo muy mal!» y todas otra vez a sonreír.
Estos días he vivido demasiadas sensaciones, unas muy desagradables y otras maravillosas, esta es una de ellas, una estima y una admiración tremenda hacia el trabajo de este hospital, ¡me quedo con lo bueno! No he podido sentirme más arropada.
Quan vaig parlar amb Nuria per a demanar-li de publicar-la, em va dir que era una escrit que havia enviat per whatsapp a les seues persones estimades, que podia escriure-ho millor. Yo li vaig dir que ho volia així, tal i com li va sortir de l’anima.
Gràcies Nuria.
Paqui Noguera (Doctora Pili Dora Comprimida)