Aquella mañana en el Hospital Dr. Peset de Valencia, nada más salir al pasillo desde la habitación donde nos cambiamos, la doctora Alicia nos pidió con urgencia que entráramos a la sala de curas. Al llegar nos encontramos con una “batalla” nada habitual: estaban pinchando a una peque de 3 años que lloraba a mares mientras la sujetaban cinco personas.
Un médico residente de Primero (R1) le estaba haciendo una punción lumbar ayudado por otra doctora, dos enfermeras y una auxiliar. Todos sujetaban a la pequeña Aitana… vamos, una «montaña humana» sobre la nena. Ella lloraba mucho.
Bajo la mirada expectante y confiada de la doctora Alicia, comenzamos nuestra actuación con una música con el ukelele cantando suavemente, con un ritmo fresco y lo fuimos adornando con unas pompitas de jabón. Cuando la nena pudo escucharnos y vernos un poco, se calló al instante. Lentamente se fue calmando. Estuvimos todo el tiempo con ella, hasta que el médico acabó, la acostaron y entró su mami.
Me parece genial que el personal sanitario cuente con nosotros para estos actos médicos, que confíe en nuestro trabajo y que aproveche nuestra presencia en el hospital para intervenir en momentos como estos, tan dolorosos para los niños.
Txetxe Folch (Auxiliar Analista)